Marx y la Biblia. Critica a la filosofía de la opresión

Autores/as

José Porfirio Miranda

Sinopsis

Es bien sabido que a muchas recensiones europeas y norteamericanas la Populorum progressio les pareció ser «el resumen completo de los lugares comunes marxistas y filomarxistas». Pero semejante juicio no es sólo el punto de vista resentido de los conservadores. Ya en 1951, o sea decenios antes de que se publicaran la citada encíclica y aun la Mater et magistra, el jesuita Oswald von Nell-Breuning, reconocido representante de la doctrina social católica en Alemania, comentaba el número 100 de la Quadragesimo anno diciendo: «Este análisis de la sociedad económica y -por lo que hace a los países industrializados- de la sociedad a secas, es el mérito imperecedero de Marx; todas las posteriores críticas del capitalismo se apoyan, unas más y otras menos, sobre sus hombros»

Y en 1967 el mismo autor, en su artículo «Iglesia católica y crítica marxista del capitalismo», pormenoriza el hecho de que «todos nosotros estamos sobre los hombros de Marx». El diagnóstico de una sociedad dividida en clases, en la que unos son dueños de los medios de producción y otros, los proletarios, sólo pueden aportar el propio trabajo y están constreñidos a someterse al poder decisorio de los capitalistas; ese diagnóstico lo toman de Marx las encíclicas sin género alguno de duda. La inevitabilidad del enfrentamiento entre las dos clases, afirmada por la Quadragesimo anno, es también tesis tomada de Marx, con la sola diferencia de que Pío XI llama enfrentamiento a lo que Marx llama lucha. La necesidad de construir una sociedad sin clases, con la diferencia de que Marx la llama precisamente así mientras la doctrina pontificia la denomina sociedad libre de clases, es otro empréstito notorio. La necesidad de pensar y buscar transformación de las estructuras y de las instituciones y no sólo reforma de los ánimos y de las personas como doctrinaban los católicos antes de Marx, es otra toma notoria y de importancia extrema. Con la transformación de las instituciones aprendimos de Marx, además, a pensar con mentalidad histórica acerca del problema social; lo cual es quizá todavía más importante.

Publicado

enero 1, 1989