El Sistemas es Antinosotros: Culturas, movimientos y resistencias juveniles.

Autores/as

José Manuel Valenzuela Arce

Sinopsis

El sistema es t rltinosotros. Culturas, morbn enfos,y resiste ems j'upen/Yes construye una plataforma interpretativa para analizar y reflexionar las expresiones políticas y culturales de los jóvenes en el marco del escenario mundial actual, la cual visibiliza la necesidad de un nuevo modelo económico global, nuevos proyectos nacionales, nuevos actores y actoras del proceso político y un nuevo provecto civilizatorio. Las manifestaciones, marchas, plantones, activismo en redes sociales y protestas que observamos en la presente década en diversos lugares del mundo, se inscriben en los marcos de exclusión y precarización de amplios sectores de la población y en una inmoral ampliación de la desigualdad social. Esta situación ha propiciado la justificada indignación de amplios sectores sociales en diversas partes del planeta donde las y los jóvenes adquirieron papeles protagónicos y liderazgos reconocibles. Indignadas e indignados recuperan atisbos de esperanza amplificada por la fuerza potenciada de los colectivos juveniles que despliegan consignas, demandas, deseos y emociones. El futuro se disocia de vacuas promesas de progreso dejando paso a un presente cotidiano cargado de incertidumbre y aprehensiones, pero también de un ahora que inspira resistencias y luchas que prefiguran nuevas formas de estar ¡untos y la certeza interiorizada de que otro mundo es posible.

Millones de jóvenes enfrentan la incertidumbre y los efectos de t. na crisis ampliada que afecta sus condiciones de vida, sus expectativas de empleo, su acceso a prestaciones sociales, el decremento de su seguridad en contextos cada vez más violentos. Entre los jóvenes, persisten marcadas diferencias en opciones y expectativas de vida a partir de regiones, países, clase, género, adscripción étnica y preferencia sexual, aspectos que inciden en las bases objetivas que definen u obstaculizan sus posibilidades de desarrollar proyectos viables de vida. En el actual escenario tardocapitalista destacan problemas vinculados a la situación laboral de los jóvenes, como el desempleo, la precarización y la informalidad.

Considerando el escenario presentado, no sorprende constatar la existencia de un fuerte desencanto juvenil, sensación arraigada en sus limitadas condiciones de vida, pues millones de jóvenes construyen sus rutinas cotidianas con zozobra y desesperanza y muchos han salido a calles y plazas para expresar su inconformidad con el modelo económico dominante, un modelo generador de pobreza para muchos y de enormes riquezas para unos cuantos.

Sin condiciones homogéneas ni demandas únicas, los movimientos sociales con protagonismos juveniles de los últimos años contienen una suerte de conectividad global basada en la identificación de los causantes de la precarización económica, social y ecológica a escala global.

En diversas regiones del planeta se escuchan demandas que enarbolaban el deseo de un cambio global con democracia y empleos dignos, así como reclamos dirigidos contra la desigualdad, contra la pobreza, contra la destrucción del medio ambiente, contra la privatización de la educación y la seguridad social, contra la violación de derechos humanos, contra el neoliberalismo y contra el capital. Indignados, ocupas, dreaxers, #YoSoyl 32, Materos, la mane, los estudiantes chilenos y otros movimientos sociales que aquí se analizan, luchan con métodos pacíficos, resisten los embates policiales y mediáticos, actúan desde las redes sociales y recurren a formas de participación basadas en métodos democráticos, participativos y horizontales.

Publicado

enero 1, 2015